
«Los traumas repetidos en la vida adulta erosionan la estructura de la personalidad ya formada, pero los traumas repetidos en la niñez forman y deforman la personalidad… Incapaces de cuidarse o protegerse a sí mismos, deben compensar las fallas del cuidado y la protección de los adultos con el único medios a su disposición, un sistema inmaduro de defensas psicológicas”.
Judith Herman
A psicoterapia infantojuvenil suelen acudir niños, niñas y adolescentes (NNA) que encuentran dificultades para desenvolverse en su vida diaria, o que sus padres así lo consideran.
Pero ¿es posible que un terapeuta o una terapeuta entrenado/a para hacer psicoterapia con personas adultas pueda ejercer en la ayuda a los NNA?. Yo no creo que sea lo mismo y considero que las técnicas o herramientas terapéuticas que deben ser utilizadas en el tratamiento de los NNA deben ser DIFERENTES y otras ADAPTADAS a su desarrollo evolutivo. Es por este motivo por el que me he especializado en Psicoterapia Infantojuvenil.

Por otra parte, los NNA a menudo presentan síntomas conductuales que se derivan de la adversidad temprana en sus vidas. Estos síntomas pueden resultar confusos y, a veces, incluso diagnosticarse erróneamente como TDAH, por ejemplo.
Para mí es fundamental conocer el porqué de lo que le ocurre al niño o al adolescente, qué hay detrás de sus síntomas o de sus conductas, para luego plantear cómo intervenimos, de qué manera (las técnicas) y muy importante por donde empezamos trabajar, para no desarmar a nuestro/a paciente sino que vaya haciendo cambios firmes y seguros.

A la primera consulta acuden los padres y se recogen datos sobre la historia del NNA. En algunas ocasiones se necesita más de una sesión con los padres antes de ver al NNA y de establecer el plan de tratamiento. Posteriormente se hace una evaluación del NNA y se plantean los objetivos terapéuticos, siendo acordados por los progenitores.
Con mucha ternura y desde el respeto absoluto se trabaja teniendo en cuenta que cada niño, niña o adolescente necesita un trabajo distinto, una forma de acercamiento adaptada a lo que puede tolerar en ese momento ya que crearemos un espacio adaptado a sus necesidades específicas. Por ejemplo, un NNA puede beneficiarse más del uso de una bandeja de arena, dibujos y arte, mientras que otro puede beneficiarse más del uso de juguetes, terapia de juego y/o terapias orientadas al cuerpo, como la danza, el movimiento, el teatro o el uso de objetos grandes en la habitación.

Los padres son una parte esencial en el proceso terapéutico. Se valora la aportación y el apoyo de los progenitores y se pretende trabajar en colaboración con ellos para ayudar al NNA. Se estudia el estilo de apego de los padres, las posibles experiencias traumáticas y las estrategias de afrontamiento para que los padres estén emocional y psicológicamente preparados para trabajar con el terapeuta como coterapeutas. Se ayudará a los padres a ver si es necesario cambiar su estilo de crianza, basándose en la evaluación realizada. También se ofrecerá a los padres terapia y apoyo para abordar cualquier trauma que ellos mismos puedan haber sufrido y que pueda estar afectando en la crianza.
La psicoterapia ayuda a los niños y adolescentes de varias maneras, además de recibir apoyo emocional les ayuda a resolver conflictos con otras personas, a entender sus emociones y a buscar soluciones nuevas para sus problemas.
Cuando se resuelve la causa de un comportamiento problemático, vemos un cambio a largo plazo.
