El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico de origen genético caracterizado por la presencia de tics motores y vocales, síntomas que se mantienen más allá de un año y que pueden variar mucho de una persona a otra, también en complejidad.
Los tics son movimientos o vocalizaciones involuntarias, súbitas, rápidas, recurrentes, arrítmicas y estereotipadas.
Los tics pueden ser motores y vocales y, a su vez, se dividen en simples y complejos. Pueden ser suprimidos voluntariamente por la mayoría de personas durante minutos u horas, pero la mayoría los experimentan como irresistibles. A veces se pueden atenuar con relajación o concentración en una actividad, y suelen desaparecer durante el sueño.
Tics simples
- Los tics motores simples son aquellos caracterizados por contracciones repetitivas y rápidas de grupos musculares funcionalmente similares. Los que se describen más comúnmente son los que afectan la cabeza y el cuello, como por ejemplo cerrar los ojos, guiñar un ojo, sacudir el cuello, hacer gestos faciales, arrugar la nariz, contraer la boca, mostrar los dientes, subir las cejas, morder los labios u otras partes, sacar la lengua, protruir la mandíbula inferior, cabecear, mirar a los lados, girar la cabeza bruscamente y encogerse de hombros.
- Los tics vocales simples incluyen toser, carraspear, gruñir, inspirar fuertemente aire por la nariz o soplar, hipo, suspirar, bostezar, respiración exagerada, eructar, silbar, chupar o hacer sonidos de saborear.
Tics complejos:
- Entre los tics motores complejos se encontrarían los siguientes: oler objetos, saltar, tocar, la ecopraxia (imitación de gestos o posturas de otra persona) y la copropraxia (consiste en realizar gestos con connotación obscena como por ejemplo hacer un corte de manga).
- Y entre los tics vocales complejos: repetir sílabas (o palilalia), palabras o frases que ha proferido otro (ecolalia), y uso de la palabra soez (o coprolalia).
Junto con la aparición de los tics también se han descrito otros síntomas como obsesiones, compulsiones, impulsividad, irritabilidad, dificultades en la atención, hiperactividad, intolerancia a la frustración. Además, la mayoría de pacientes sufren otros trastornos asociados (TDAH, TOC, trastornos depresivos, ansiedad, etc).
Los primeros síntomas del síndrome de Tourette se observan casi siempre a partir de la niñez, iniciándose generalmente entre los 7 y 10 años de edad, siendo más frecuente en varones.
El diagnóstico se demora con mucha frecuencia aún después del comienzo de los síntomas, ya que muchos médicos no están familiarizados con el trastorno, por lo que los niños no son entendidos en el colegio, en la casa, etc. Los padres, el resto de la familia y los amigos, al no conocer la enfermedad, pueden atribuir los tics u otros síntomas a un problema de tipo psicológico, aumentando de esta manera el aislamiento de quienes tienen este trastorno.
Por ello se considera necesario acudir lo antes posible a consulta médica con el fin de descartar otras enfermedades con sintomatología similar.
El primer paso en el tratamiento es la psicoeducación, que consiste en explicar claramente al paciente y a sus seres cercanos de qué se trata el síndrome. Aclarar, por ejemplo, que los tics no constituyen una conducta voluntaria y que su inhibición trae como consecuencia un alto nivel de ansiedad además de una intensa e irrefrenable descarga posterior de los mismos. Con frecuencia este tipo de información por sí sola permite cumplir el objetivo del tratamiento, que es reducir la intensidad de los tics y aliviar los trastornos asociados, ya que un entorno comprensivo reduce la ansiedad que, al interactuar con los síntomas influye en su intensidad.
El tratamiento farmacológico, es hasta el momento sintomático y se emplea para aliviar los síntomas que por su intensidad resultan discapacitantes en las diversas áreas de la vida.
Lo más importante es descubrir si están presentes otros trastornos psicológicos que suelen acompañar el problema; el tratarlos en forma adecuada, aparte de mejorarles la vida a estos pacientes, generalmente disminuye el estrés y, por esa vía, la frecuencia con que se repiten los tics.
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Más información:
http://www.tourette.es/index.php
http://www.psicotourette.com/documentacion-sobre-st